El cumplimiento normativo (compliance, en su terminología inglesa) es una de las últimas industrias en verse afectada directamente por la transformación digital. No hay duda de que el incremento y la complejidad en la normativa que afecta a las empresas (no solo a las financieras) invita a las organizaciones a ser diligentes en esta materia.
Por un lado, este hecho implica, directamente, que las tareas de prevención, detección y gestión de riesgos derivadas del cumplimiento normativo aumenten considerablemente.
Por otro lado, hablaríamos de la regtech como la adopción de tecnologías que permiten y facilitan el cumplimiento de los requerimientos regulatorios. La materia prima: los requisitos de información en materia de cumplimiento normativo que las empresas proporcionan a los diferentes reguladores (organismos públicos).
La clave estará en que las propias empresas, indistintamente del sector en que compitan, comprendan la necesidad de incluir estas tecnologías dentro de sus modelos de negocio y perciban su utilidad más allá del mero trabajo de gestión que implica en la actualidad.
Los beneficios de trabajar sobre aspectos de compliance a través de la regtech son dos fundamentalmente:
- La reducción de costes al simplificar y estandarizar los procesos de cumplimiento normativo.
- Potenciar la experiencia de cliente en áreas como el fraude o la gestión de la información transaccional.
El principal inconveniente está en la variabilidad del regulador, y en los tiempos y plazos de adaptación necesarios para llevar a cabo el mencionado cumplimiento. El desarrollo tecnológico aún se encuentra en una fase temprana y la integración de los diferentes programas de software podría disminuir esta dificultad.
Por este motivo, es necesario resaltar también que hace un tiempo se publicó “El Libro Blanco del Compliance”, elaborado por Ascom y con la participación de varias instituciones empresariales.
El Libro Blanco del Compliance tiene como prioridad ayudar a las organizaciones a delimitar las funciones del compliance a nivel interno, y para ello se estructura en varios apartados: funciones y obligaciones, riesgos, formación, asesoramiento y reporte, canales internos, perfil y responsabilidades de los puestos asociados a la función (formación, experiencia, niveles de interlocución, etc.).
En un mundo tecnológicamente complejo, donde la normativa tiene un peso esencial en el posicionamiento competitivo, el cumplimiento de la regulación puede suponer una ventaja en el mercado.
Por eso, recomendamos a empresas y entidades financieras, a startups que irrumpan ahora en el mercado y al resto de agentes del mercado, su lectura. De esta forma, pueden tener una visión completa de la función y de los requisitos derivados de la actividad.
Si desea descargar el Libro Blanco del Compliance, puede hacerlo pulsando aquí.